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BIOGRAFIA

Echando la vista atrás no da la sensación de que hayan pasado tantos años. La memoria sigue fresca como el primer día y los recuerdos permanecen imborrables. Parece que fue ayer cuando decidimos un grupo de amigos de Pinto formar una banda de música. Al principio, sin más pretensiones que pasarlo bien y tocar para nuestros amigos.
Los comienzos fueron difíciles, pero la ilusión mueve montañas. Nuestro compromiso con el grupo empezó poniendo dinero entre todos para adquirir lo que serían nuestros primeros instrumentos y lo demás vendría más tarde. Lo que comenzó como un juego de adolescentes se convertiría más tarde en una sana obsesión, hasta conseguir nuestro principal objetivo: ser una banda de Rock. Después de mucho tesón y perseverancia, empezamos a tocar en el local.
Inicialmente, el grupo lo integrábamos José Luis Alonso, al bajo; Manuel Sánchez Gazaba, a la batería, y Juan Carlos Martín, a la guitarra. Por aquel entonces, el grupo lo completaban otros amigos que, finalmente, por avatares de la vida, no continuaron. Sin un nombre todavía que les convenciera para la banda. El trío inicial buscaba cantante y Manuel Escudero se presentó. A partir de ahí, comenzó lo que realmente supondría la semilla del grupo , ya con el apelativo de TOKIO.

Nuestras referencias musicales, por aquel entonces, eran bandas de rock como Ataque o Bíceps , UMO  , después Zero y por supuesto Sangre Azul,  que además también eran de Pinto, sin olvidar, a aquellas otras grandes bandas como Judas Priest, Iron Maiden, Dokken, AC/DC, Bon Jovi o Van Halen, por citar algunas.
Entre ensayos y ensayos, ya como cuarteto, empezamos a crear nuestras primeras canciones en español. Nos dimos cuenta que a la banda le hacía falta otro miembro. Queríamos ampliar nuestro sonido con otro instrumento y darle así más fuerza a nuestra música. En nuestro primer concierto, en 1985, probamos con un guitarrista, pero no funcionó. Y en el segundo, colaboró con nosotros Alberto Fernández, como teclista. Como reto, hicimos una versión del ‘Runaway’, de Bon Jovi, de la que nos felicitaron músicos de otros grupos, como Sangre Azul. A partir de ese momento, Alberto terminaría siendo el quinto integrante del grupo. TOKIO estaba al completo. Nuestra música fue creciendo en composición, arreglos y puesta en escena. Decidimos presentarnos a la IX Edición del concurso de bandas 'Villa de Madrid' y, aunque caímos a la primera, resultó ser una buena experiencia.Empezamos a compartir cartel con las mejores bandas del momento como Barón Rojo, Sangre Azul, Ángeles del Infierno, Ñu, Bella Bestia o Júpiter, donde mostramos lo mejor de nosotros en directo. El siguiente paso natural fue grabar nuestra primera maqueta en español: 'Nunca me rendiré' y 'Una noche en la ciudad', grabadas en abril de 1988, bajo la producción de Tony López en los estudios madrileños Red Led. La maqueta comenzó a sonar en todas la emisoras de radio que programaban rock y fue nuestra carta de presentación.TOKIO siempre tuvo la suerte de rodearse de grandes personas y amigos, que nos ayudaron desinteresadamente. Pero hubo una persona en especial, Antonio Gómez (el sexto ‘miembro’ de TOKIO), que realizó una enorme labor para que el grupo creciera profesionalmente y se convirtiera en una referencia de los grupos de rock de aquellos años. En 1989, volvimos a presentarnos esta vez en el XI Villa de Madrid, que, en los últimos años había ido perdiendo calidad como concurso de primer nivel, y se había convertido en el nuevo ‘Rock revelación’, con premios más atractivos como un millón de las antiguas pesetas para grabar un disco.

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